Jorge García Gómez
Tejeiro, jefe del Departamento de Restauración del Museo Nacional Centro de
Arte Reina Sofía, estuvo el pasado miércoles 4 de Diciembre en la Facultad de
CCINF para ofrecer una charla en la que desgranó los entresijos de su peculiar
oficio dotándonos de un punto de vista extra acerca del arte.
La labor de un
restaurador es más clave de lo que a priori podemos pensar y es una de las
primeras conclusiones a las que llegábamos al escuchar a Jorge. La perpetuación
de una obra de arte histórica, las cuales tienen a veces cierto aura de
inmortal o intocable, no sería posible sin estos profesionales. ¿Alguien se
imagina un Guernica deteriorado, sucumbiendo al paso del tiempo,
perdiendo sus texturas..? ¿No verdad? He ahí la importancia del restaurador.
La restauración de
todos los fondos del Museo, el seguimiento de ellos en viajes e itinerancias,
la investigación de posibles males en obras de exposiciones temporales y su
posterior conservación son solo algunas de las funciones que el equipo de
García Gómez Tejeiro lleva a cabo en el Reina Sofía.
De todas las frases
del restaurador en la charla, se me quedó una grabada en la cabeza: “Me
gusta que los restauradores tengan miedo al trabajar, porque eso produce
respeto hacia la obra”. El legado de los grandes artistas tiene que ser
tratado con extrema precisión y profesionalidad, puesto que a diferencia de
otras obras del tipo musical o audiovisual, este legado sí es perecedero. Al
menos si cae en las manos inadecuadas.
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