miércoles, 27 de noviembre de 2013

"Combate por la prensa libre": Un soplo de aire fresco desde Francia



El periodismo clásico tiene mucho de soñador, de aventurero, de vocacional. La idea de contar la verdad a la audiencia, de llevar historias desconocidas a la luz del día, de “mimar a los de abajo y molestar a los de arriba” como diría Orson Welles en su legendaria “Ciudadano Kane”... tristemente ha ido desvaneciéndose con la evolución de la prensa a lo largo del siglo XX. “Combate por una prensa libre” de Edwy Plenel es en definitiva eso: un alegato a favor de la libertad de prensa en una época en la que las palabras “periodismo” e “independiente” parecían estar cada vez más lejos semánticamente.

“La prensa libre es la que se debe a los lectores”. Esta “obviedad” de Plenel ha sido a menudo obviada por cada vez más directores de medios a lo largo del citado siglo y el comienzo del XXI. El poder que ejercen las grandes corporaciones empresariales y bancarias el que aprieta la soga del cuello de la libertad de prensa y los primeros en quedar indefensos ante la fuerza de Mr.Money son los lectores, afectados directamente por el creciente servilismo de los medios con estos poderes económicos.

“Detestar el periodismo es detestar la democracia”. Plenel nos recuerda que la crisis que vivimos tiene una vertiente económica, una moral y otra democrática. Precisamente en esta última enmarcamos a los mandamases que intentan hacer un periodismo desde arriba, como si de un argumento autoritario se tratase. De las muchas frases lapidarias de Plenel en el libro cito esta: “La libertad de prensa no es un privilegio de los periodistas, sino un derecho de los ciudadanos.”

Plenel, un “caballero moral” con un proyecto de futuro. Alguien que leyese estas líneas podría pensar que es meramente un señor que lanza un mensaje apocalíptico sobre el periodismo con el único fin de llamar la atención. Pero Plenel trabajó durante 25 años en el diario Le Monde y abandonó su puesto de trabajo cuando consideró que le faltaba independencia. Él y otros 25 periodistas fundaron en 2008 Mediapart, “un medio radicalmente independiente”.

Mediapart, por qué es diferente y  por qué es el futuro. El medio de Plenel destaca por tres razones principales: Es digital, solo admite suscripciones de pago y no contiene publicidad. En la humilde opinión del que escribe supone el futuro porque respeta a las dos figuras más importantes de este oficio. En primer lugar al lector, al que se le ofrece una información veraz y de calidad (Mediapart ha jugado un papel central en el descubrimiento e investigación de varios asuntos de la actualidad francesa como el caso Liliane Bettencourt) y en segundo al periodista, al que se le deja trabajar conservando su independencia y valorando su esfuerzo.

Los contrastes del medio digital, lo bueno. El deseo de Plenel es “construir periódicos digitales y aprovechar todas las herramientas y recursos que Internet nos ofrece, sobre tres pilares básicos: independencia, calidad y participación”.  El medio digital es viable porque en él es más fácil crear información independiente, ya que los esfuerzos van dirigidos a tareas de redacción, eliminándose los costes de la prensa tradicional (papel, impresión y difusión).

Los contrastes del medio digital, lo malo. El único pero que le veo a la idea del francés es que para que el trabajo de los periodistas que escriben en webs se valore económicamente conservando su independencia, la única fórmula es el “cierre de contenidos” al estilo Mediapart. Considero que en España, por una cuestión cultural, la sociedad aún no está preparada para pagar por algo que hasta hace poco obtenía de forma gratuita (aunque haya casos como InfoLibre) y que el proyecto de Plenel necesita un desarrollo y una labor de concienciación.


En conclusión, la apuesta de Plenel me parece loable en los tiempos que corren. Es cierto que los medios digitales nos brindan un panorama hasta hace poco inimaginable de participación, aportación del lector... y somos los periodistas los que debemos sacar provecho de esto respetando siempre al propio lector y a nosotros mismos. La independencia del periodismo es la primera garantía de una información leal y una información leal es básica en la construcción de una sociedad civil plural, objetiva y abierta ante el mundo.

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